
La producción, industrialización, comercialización y exportación del café es un negocio clave en el desarrollo de la economía hondureña. La caficultura es una actividad estratégica por su importancia económica y social, y por el potencial de crecimiento que se pronostica en el área.
Se ha calificado a esta última cosecha (2015-2016) va a tener un crecimiento muy significativo y, se prevé obtener un aumento de un 10% respecto a la cosecha del período anterior. La Adecafeh (Asociación de Exportadores de Café de Honduras) señala que se cosecharán 7,2 millones de quintales de café aproximadamente.
España ha sido, y sigue siendo, un inversor muy importante a la hora de modernizar la estructura económica de la industria cafetera y aumentar, tanto su productividad como su calidad. Se intenta relacionar al café hondureño con la excelencia en calidad. Ya que se trata de un producto orgánico, conseguir que se reconozcan distintas Denominaciones de Origen (DO) y que se posicionen correctamente en el mercado de comercio justo. Cabe destacar la necesidad de especialización en la cadena productiva para reajustar los ingresos y evitar crisis de precios como la ocurrida en varios países centroamericanos durante la cosecha de 2001.
Encontrar las fortalezas del mercado y saber redirigirlas y sacar el mejor provecho de ellas es el reto al que se enfrentan los inversores extranjeros en Honduras. Por tanto, la caficultura es una actividad económica en alza, con enormes puntos fuertes que aprovechar. El principal cambio es integrar una especialización productiva, cohesionarse con la competencia para actuar en pro del negocio cafetero y no competir en ese campo.