Por Inés Atencia Robledo
De pronto, de golpe y porrazo, en apenas dos días, nos hemos encontrado con unas noticias de que el Consejo General del Poder Judicial ha propuesto una modificación de los Partidos Judiciales. Esta modificación va a suponer la desaparición de los partidos judiciales de Antequera, Archidona, Torrox, Coín y Estepona, entre otros.
En la fecha en la que estamos poco sabemos más que lo que se nos ha querido ir adelantando para que nos vayamos haciendo el cuerpo, pero lo que hay que preguntarse es si esto es lo que la administración de justicia necesita.
¿Qué nos importa que desaparezcan algunos partidos judiciales para agruparse dentro de otros! Lo que de verdad nos importa es que la administración de justicia funcione, que sea capaz de dar una respuesta al ciudadano, y no s?lo eso, sino que la respuesta sea eficaz. Y para ello tiene que ser rápida.
La probable reforma de partidos judiciales es además controvertida: ¿Qué pasa con aquellos juzgados que actualmente ?funcionan más o menos? dentro de la normalidad?, pues que si son absorbidos por otros, previsiblemente terminarán colapsados. Por el contrario, aquellos que simplemente ‘no funcionan’, al ser integrados en otros terminarán contagiándolos de su colapso.
Habr? que abandonar edificios casi reción estrenados que han costado mucho a los ciudadanos, además de que habr? que comprar o alquilar nuevos edificios para ubicar a aquellos Juzgados que dejan los extintos Partidos Judiciales. ?Estamos locos?, ?ésta es la solución para la administración de justicia?, ?no hay una cabeza pensante a la que se le ocurra gastar el dinero en mejorar la gestión y dotar de los medios necesarios?
Es evidente que nuestros Juzgados y Tribunales están absolutamente desbordados de trabajo, y ello supone no poder estar al día en la forma que seráa deseable. Pero también es evidente que, a pesar de todo, hay Juzgados y Tribunales que funcionan mucho mejor que otros. ?No es preferible gastar las energ?as en una mejor racionalización del trabajo? Los secretarios judiciales, al igual que los jueces y magistrados, son licenciados en Derecho que han aprobado una oposición pero no tienen por qué ser unos expertos en organización del trabajo. A lo mejor lo que necesitamos es simplemente poner los medios para lograr una mayor eficiencia y, como en cualquier empresa, ello se logra poniendo al frente a quien sepa de ello (ahora me estoy arrepintiendo de lo que acabo de decir porque también se corre el riesgo de que, como tantas cosas, se las den a los Notarios).
Y ello además de que con todo ese dinero que se va a conseguir con el pago de tasas, ya se podr?a ir creando los puestos de trabajo que se necesitan.
En fin, esperemos a ver qué resulta de todo esto pero: ?ojal? dentro de unos años no tengamos que acordarnos de lo bien que funcionaba la Justicia en 2012!