
La escena se repet?a muchas ma?anas en una oficina situada en el n?mero 13 de la calle Molina Lario. Dentro de ella, un se?or con aires marciales ofrec?a trabajo en una inmobiliaria con muchos recursos. Corr?a el año 1972, el se?or era un excoronel del Ej?rcito, y su cargo el de responsable de Recursos Humanos de la Sociedad Financiera Internacional de Construcciones (Sofico).
Esta inmobiliaria, cuyos algunos de sus responsables hab?an estado o estaban ligados a las Fuerzas Armadas, se convirti? en una de las principales protagonistas de boom turístico que vivió la Costa del Sol entre finales de los años 60 y comienzos de los 70. Su f?rmula era tan sencilla como impactante: seducir a pequeños inversores para la construcción de apartamentos turísticos prometiendo beneficios del 12% anual (muy por encima de lo que ofrec?an los bancos). La propuesta de Sofico pasaba por administrar los apartamentos durante los diez años siguientes, devolviendo en ese periodo lo invertido a sus compradores, que recibir?an entonces la propiedad del apartamento.
La burbuja estall? en los ?ltimos días de 1974, cuando la inmobiliaria, que vendi? muchos apartamentos en localidades como Fuengirola, Estepona o Benalmádena, se? declar? en suspensión de pagos tras haber realizado ventas y participaciones de capital por valor de 13.000 millones de pesetas, dejando en la estacada a 4.000 empleados (s?lo 1.500 en la Costa del Sol).
El agujero generado por la Sociedad Financiera Internacional de Construcciones y Sofico Inversiones afect? a 25.000 inversores. Los afectados cayeron en la trampa de una inmobiliaria que, en muchos casos, hab?a vendido el mismo apartamento a distintos propietarios; la dificultad de las reclamaciones aument? al comprobar que en muchos de esos casos los compradores procedían de países distintos.
Eugenio Peydró Salmerón, propietario del grupo de empresas Sofico, fue? condenado a nueve años de prisión por la Audiencia Nacional en 1987 como autor de un delito continuado de falsedad y otro de estafa mientras que su hijo Eugenio Peydró Brillas recibi? una pena de cuatro años por ser c?mplice de los mismos delitos. Ambos acusados presentaron recursos de casación, que fueron desestimados por el Tribunal Supremo cuatro años más tarde.
además del elevado n?mero de afectados, el ?caso Sofico? tuvo gran trascendencia debido al n?mero de militares y pol?ticos que formaban parte de los ?rganos directivos de la compa??a. El Tribunal Supremo, sin embargo, no autoriz? el procesamiento de éstos al «al quedar constatado sin lugar a dudas que la dirección y decisiones ejecutivas de todas las actividades financieras de Sofico las tomaba personal y exclusivamente Peydró Salmerón?.