Por Santiago Gómez-Villares Pérez-Muñoz
La gestión empresarial que aplican los grandes bufetes debe convertirse en una prioridad para los despachos medianos y pequeños. Como en cualquier organización, es la estrategia la que tiene que marcar tanto el camino a seguir como la descripción de las herramientas para conseguirlo. Lo anterior habr? de llevarse a la pr?ctica, en todo caso, respetando el Estatuto de la Abogac?a y las normas deontol?gicas que rigen nuestra profesión.
Los bufetes, en nuestra gestión, debemos distinguir tres materias: cuenta de explotación, clientes y recursos humanos. En el primero de ellos nos encontramos ante una materia tradicionalmente repudiada por los abogados y en la que nos hemos tenido que ir formando a toda velocidad. As?, hasta hace bien poco, hemos venido cobrando conforme nuestros clientes han podido ir pagando. Lo cierto es que la alarmante situación econ?mica que padecemos nos ha obligado a familiarizarnos con conceptos como productividad, rentabilidad, econom?a de costes?Y todo ello para gestionar de manera más eficiente nuestro bufete.
En cuanto a los clientes, me remito a lo escrito por Ángel Ossorio y Gallardo en ?Alma de la Toga? (1919), donde, dentro de su Dec?logo del Abogado, establec?a lo siguiente en el punto IV: ?Piensa siempre que t? eres para el cliente y no el cliente para ti?. también me quedo con las palabras del profesor Peter F. Drucker, quien defendía que el resultado de un buen negocio era siempre un cliente satisfecho.
Por mi parte sostengo que, aun sabiendo que somos para el cliente y no el cliente para nosotros, no hay mejor herramienta de marketing que un cliente satisfecho. Por lo tanto nuestros esfuerzos en esta materia deben ir encaminados a la excelencia en nuestro trabajo que, normalmente, debe finalizar con el resultado deseado.
Otro asunto capital es el de los recursos humanos. Gestionar un equipo humano es siempre una tarea dif?cil y se torna aún más complicada al tratarse de abogados que, por nuestra naturaleza algo bohemia, somos ?almas libres?. Es aqu? donde la figura del l?der natural, e incluso la de los micro-liderazgos, es fundamental. El l?der debe fomentar la comunicación y la cooperación, dejando perfectamente definida la función de cada abogado dentro del equipo. El activo fundamental de un bufete de abogados son los compa?eros que lo componen y, por lo tanto, el ?xito de un despacho de abogados tendrá mucho que ver con la gestión de sus, mal llamados, recursos humanos.
Este art?culo fue publicado en el diario Sur?el domingo 14 de octubre de 2012.